Lo que comenzó como un modesto programa de movilidad para estudiantes de educación superior en 1987, con solo 3 200 estudiantes en su primer año, se ha convertido a lo largo de los últimos 30 años en un programa emblemático del que se benefician casi 300 000 estudiantes de educación superior cada año. Al mismo tiempo, el programa se ha ampliado mucho y ofrece oportunidades de periodos de estudio y de prácticas/aprendizaje.

La movilidad ha contribuido a que las personas obtengan la educación, las capacidades y las competencias que necesitan para llevar unas vidas independientes y plenas. También les ha proporcionado una experiencia europea y ha reforzado su sentimiento de pertenecer a una comunidad.